Esta es mi historia.

Adrián Cordero, un joven que vive por y para la interpretación, disfrutando al estar detrás de una cámara o detrás de bambalinas dándole vida y luz a cada personaje que representa.

Nacido en la bella Córdoba, el 22 de abril de 2002, y residiendo allí hasta cumplir los 22 años, cuando Adrián, decidió embarcar en una nueva aventura e ir a Madrid a seguir formándose como actor y dedicarse a ello. Este joven no solo es amante a la interpretación, sino que ama el arte en general. Durante su recorrido no solo ha interpretado en teatros y ante la cámara, también ha escrito poemas y canciones procedentes del género “RAP”, improvisa, es decir, hace lo que se conoce como “freestyle” y ha creado un texto perfopoético. Con tan solo 10 años descubrió lo que era subirse en un escenario e interpretar un personaje, en este caso “Oliver Twist”, donde comenzó su amor por esta profesión tan bonita.

Años más tarde, comenzó sus estudios centrados en su pasión por diferentes instituciones de Córdoba, donde ha ido evolucionando y desarrollándose como actor poco a poco, hasta el punto de poder estrenar en “El Gran Teatro” de Córdoba con una adaptación del musical “West Side Story” y estrenar en cines “Axion” un corto donde fue codirector y actor llamado “2 horas más”, entre otras cosas. Esto le llevó a irse a Madrid a seguir formándose y seguir avanzando en su carrera como actor. Adrián es un chico que destaca por su alto nivel de creatividad, su disciplina, por una gran energía tanto en escena; como delante de la cámara, conecta con cada personaje que interpreta y por tener un gran carisma y una gran presencia en escena. Muchas de estas habilidades las ha ido adquiriendo de sus pasiones, una de ellas el “freestyle”, como se comenta anteriormente. Comenzando desde una temprana edad a improvisar, tanto en teatro como en forma de “RAP”, ha adquirido esa gran habilidad creativa que hace que sus personajes sean diferenciales. Al interpretar “Oliver Twist”, siendo él Oliver con esa edad tan temprana en los Carnavales y con el “Gran Teatro” de Córdoba con aforo lleno, comprendió la disciplina y profesionalidad que había que tener para esta profesión, comprendió todo lo que hay que hacer para llegar a ese momento, el momento en el que el personaje se apodera de ti y disfrutas del trabajo a través de una disciplina puesta anteriormente.

Adrián es un chico que no se cansa nunca de luchar y tiene claros sus objetivos, consiguiendo todo lo que se propone, por lo que seguirá formándose como actor y avanzará en su carrera profesional.